Algunas actividades diarias nos pueden ayudar a mover un poco el cuerpo y contrarrestar la vida sedentaria, te contamos cómo lograrlo.
Comenzar el día moviéndonos no tiene por que ser difícil, ni duro. Tampoco es sinónimo de empezar haciendo ejercicio intenso, sobre todo para quienes no sienten el impulso de empezar a hacerlo a horas tan tempranas.
Quizás el camino sea comenzar por una «activación» como para poner en marcha el cuerpo y tomar conciencia de él.
El «saludo al sol», una de las posturas más simples de esta práctica milenaria, puede ser una manera amable de comenzar a poner el cuerpo en funcionamiento, acompañando los sutiles movimientos con la respiración.
A través de las diferentes posturas que forman parte de ella podrás movilizar tu columna y tus articulaciones, que llevan ocho horas inmóviles durante el descanso.
Ya sea en la oficina o en casa, aprovechar las llamadas de trabajo que tengamos (o las de ocio) para caminar por la casa es una manera de activarse casi sin darse cuenta y de restar minutos a la silla o al sofá.
3- Limpiar haciendo series
Limpiar es una actividad en la que se realizan muchas sentadillas de forma orgánica. Es decir: flexionar las rodillas y bajar el cuerpo manteniendo la verticalidad, para luego regresar a una posición erguida.
4- Hacer pausas cada 45 minutos
Si sos de los que se se sienta delante de la pantalla y se les olvida hasta comer, ponete una alarma cada 45 minutos en el celular y levantate, estirá las piernas y hacé los movimientos como si te desperezaras. No necesitás más que caminar sólo dos minutos por cada hora de inactividad para reducir los efectos negativos que genera el sedentarismo.
5- Sumar toda la caminata que puedas
Caminar es una actividad sencilla que todos podemos llevar a cabo y que no solo sirve para quemar calorías, sino que nos mantiene activos y tiene muchos beneficios, como propiciar un sueño reparador por la noche.