25/11/2024
Es necesario desde un principio poder conceptualizar qué es el drama. El drama de por
sí, es un género literario que representa situaciones destinadas a la escenificación de
acciones, que permiten entretejer tanto la trama como el relato de una historia.
A su vez, su estructura se caracteriza según la teoría clásica de Aristóteles, por la
presencia de dos fuerzas opuestas (protagonista y antagonista), que luchan una contra
otra hasta una resolución. Esta misma, puede darse por la derrota o la muerte parcial o
total de una de estas fuerzas.
En este sentido, el drama en Elite se da a partir de sus personajes estereotipados y
redundantes que ejercen acciones más o menos verosímiles, caracterizadas por la
presencia de sexo, drogas y temas polémicos como el suicidio. Más bien, un culebrón
adolescente español, con una marcada inspiración en 13 Reason Why (2017) y Gossip
Girl (2007), la cual lleva consigo una gran dosis de morbo.
Aparentemente, este tipo de series que pretender ser entre thriller y suspenso, caen
en los mismos errores y en la misma estructura en que se apoya la trama: Los mismos
personajes teens, con sus roles típicos que se repiten en todas las series; hasta que
corrompen por un hecho que los desestabiliza a todos. Obviamente, algo fuera de lo
normal y que sea polémico: como un suicidio o una desaparición. Claro está, que estos
productos son los que más venden actualmente. Y esta segunda temporada, no es la
excepción.
La nueva entrega mantiene el mismo tipo de montaje y relato que la anterior, pero con
la añadidura del recurso de los flashback. Inicia con la búsqueda desesperada de
alguien, y ese alguien termina siendo uno de los personajes principales. Ese es la trama
de esta segunda temporada y en donde la exageración se hace presente. Ingresan
nuevos Elites que suponen una frescura, pero son sólo más que personajes ya
conocidos en otras series de Netflix. Los antagonistas son los mismos personajes. Es lo
que está de moda y se repite como el famoso star system.
Más allá de lo anterior, es necesario recalcar que el misterio que suscita, es lo que
permite seguir viendo los capítulos hasta el último (aunque seamos conscientes que la
serie no es de lo mejor). Y esto, no es poco. El manejo de las tensiones y las curvas
emocionales de los personajes, trascienden de alguna forma la trama, a pesar que
sean previsibles. Hay algo, un clima que hace que el espectador siga viendo el próximo
capítulo. Y repito: eso no es poco. Por otro lado, hay que destacar que la fotografía y la
puesta en escena, mantiene una calidad envidiable tanto en el manejo de los
contrastes de luces y sombras como en la colometria.
Pero aun así, teniendo estos recursos fundamentales ¿Es muy difícil hacer una serie
para adolescentes sin caer en temas negativos y enrollados? No, para nada ¿Entonces
porque recurrir a lo usual y lo ya visto? PUNTAJE: 5.5/10.
