POR: Constanza Monferini Zapiola- @cotimonferini.
Eddie Murphy tiene su mejor papel en años en la nueva adquisición de Netflix que resulta ser igual de explosiva que “The Disaster Artist” de James Franco.
Se podría decir que Craig Brewer en «Dolemite es mi nombre», trae a la pantalla una explosión total a lo que se refiere al género de la comedia. Cuenta la historia, totalmente verdadera y escandalosa por su contundencia social y política de los años 70 en los Estados Unidos; del surgimiento de una de las películas más exitosas de esa década: «Dolemite» (1975).
Lo anterior, convierte el relato en una celebración y un libertinaje propio del mundo del espectáculo afroamericano. El film realmente se basa en guion muy contundente, sostenido esencialmente por Eddie Murphy, quien aporta una actuación totalmente memorable, el cual no es posible dejar de enamorarse. Es increíble la forma en que se centra sin caer en el fácil golpe bajo, en la inspiración de una lucha por éxito y el reconocimiento.
Más bien, se sigue al asistente del gerente de la tienda de discos Rudy Ray Moore, quien disputa por abrirse paso como un artista. Pero ninguno de sus personajes ha tenido éxito. Luego de tomar inspiración de bromas y cuentos de vagabundos, Rudy se apodera del personaje de Dolemite: un proxeneta que rima sin escasez de frases (este personaje y sus rimas cantadas, término siendo uno de los precursores más influyentes del rap). De esta forma, se muestra la manera en que se configura su carrera artística, pero el largometraje se compenetra sobretodo en la odisea en que Moore se embarca para hacer su película. Pero se refiere a una película totalmente financiada por él, que toma condimentos propios del genero blaxploitation y la comedia, con dudoso fin estético.
Si bien, Dolemite es importante en el guion que sustenta el film, los personajes secundarios son primordiales, ya que son aquellos que permiten que el protagonista pueda lucirse. Al igual que la puesta en escena, el cual es exquisita, la fotografía y el montaje determinan el sentido cómico que Brewer quiere aportar en su película.
Más allá de lo anterior, en el fondo “Dolemite is my name”, hace referencia a cuestiones más profundas: La representación, la diversidad y los discursos utilizados dentro del cine. Si bien, no lo hace ni por medio de la sátira con un medio moralizante; el director opto por diálogos explícitos con tintes cómicos, que le permite reírse del público blanco de la época.
¿El resultado? Otra película similar a «The Disaster Artist», la comedia depravada de James Franco sobre la realización de la película «The Room», el cual relato la manera en cómo se rodó.
PUNTUACION: 8/10.