24/11/2024

FABIO BORQUEZ

Excéntrico, creativo, talentoso: Fabio Borquez es un conjunto de sorpresas reflejadas en sus trabajos. De profesión arquitecto, de vocación artista y fotógrafo, recorrió el mundo capturando momentos y personas increíbles, colaborando con medios nacionales e internacionales, pero siempre conservando su esencia intuitiva.

@fabioborquez

EL ARTE EN EL MUNDO
Admiro la cultura europea, ya que globaliza en su amplio espectro una síntesis en toda la evolución, desde la antigüedad hasta nuestros días. Siempre me fascinó la historia, ver como un hecho que había sucedido, era la mezcla de diferentes procesos casuales o previstos, que desencadenaron ese fenómeno. Recorrer el camino del arte en Europa es como mirarnos en un espejo que no nos es ajeno. La admiración siempre pasó, no sólo por el hecho artístico sino por la anécdota detrás de la obra.

INTUIR PARA CREAR
En lo primero que creo es en la intuición. El proceso creativo puede ser muy doloroso: uno termina un proyecto y se enfrenta a la soledad de estar en blanco, una oscura necesidad de volver a crear, con la presión de saber que lo que uno pretende hacer tendría que ser mejor a lo que uno, hasta ese momento, creó.

LOS PRIMEROS PASOS
Yo soy arquitecto. En un momento me encontré discutiendo y defendiendo un proyecto frente a un cliente, y me di cuenta que pretendía hacer algo para un tercero, que en definitiva, sólo era importante como hecho artístico para mí. Paralelamente, siempre había pintado, dibujado y me la pasaba sacando fotos. Cuando estuve becado en India, dije “yo quiero hacer esto: ¡viajar!”. Y en este caso, la fotografía fue el puente que me permitió hacerlo. Ahí deje la arquitectura. Un par de años después, cuando ya estaba en Alemania, decidí no pintar más porque pensé que no podía estar haciendo varias cosas al mismo tiempo: tenía que poner toda mi energía en un lugar.

 

CRUZANDO EL CHARCO POR AMOR
Siempre estuve de viaje, pero nunca pensé que podría vivir lejos de mi país, de mi familia, de mis amigos, y como cada vez que dije “nunca”, la escupida regresó a mi rostro. En un momento, haciendo fotos para una revista en Miami, en el medio del mar, me encontré con una chica: hablamos 10 minutos, al cabo de los cuales, no le pregunté sino que le aseguré que me iba a casar con ella. Ella dudó, pensaba que estaba drogado o borracho; yo sólo le dije que para un argentino nada es imposible si me daba una oportunidad. Al mes siguiente ya estaba en Alemania visitándola. Eso fue hace 20 años: hoy tenemos dos hijos.

“… El momento en que Sócrates fue condenado al destierro, prefirió morir antes que vivir lejos de su patria. Estar fuera del lugar en que uno nació es duro, mucho más si donde uno está, hay una cultura tan diferente a la nuestra, como es el caso de Alemania. Igual, siempre creí que no existen paraísos sobre la tierra, y que en todos lados hay pros y contras…”

VIVIR AFUERA Y EXTRAÑAR
Categóricamente, lo primero que uno extraña es la familia, y después, cosas que quizás uno nunca tomó en cuenta cuando estuvo en su país. Uno añora muchas cosas: el idioma, nuestra idiosincrasia, y hasta ese estado de contradicción infinita que tenemos los argentinos. Te podría hacer también una larga lista de cosas que no echo de menos, y que al ponerlas en la balanza, hicieron que decidiera quedarme a vivir aquí. No sé si en algún momento volveré, no sé qué va a pasar dentro de diez minutos.

 


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