En su carta brillan la papa nativa, el choclo del Valle Sabrado, el lomo saltado con toques de cuisine francesa y las salsas de maíz morado y sauco, regadas con perfumes orientales. Vino y aperitivos con tintes peruanos provenientes de las viñas aledañas a su recorrido.
Hundirse en un sillón en vagones de estilo años ’20, donde la madera pulida y el bronce atrapan la luz. Dirigirse al vagón de observación para ver el sol o dar paso al paisaje. La aventura peruana ha comenzado.
La propuesta invita a abrazar el espíritu sudamericano cantando junto con los músicos locales, prepararse para una travesía donde el pasajero es especial y único de principio a fin.
UNA EXPERIENCIA GASTRÓNOMICA ÚNICA EN AMÉRICA DEL SUR
Experimentar la magia de las montañas mientras el tren se desliza por los Andes, probando una gran cantidad de delicias artesanales en el camino. La indulgencia es clave a medida que avanzan los aperitivos a los platos lujoriosos con deliciosos vinos regionales. Los platos combinan ingredientes tradicionales con la delicadeza moderna: cocina peruana, perfeccionada.
Belmond ha tenido mucho que ver en la transformación de una línea férrea que se armó para comienzos del pasado siglo. Su porfolio ha pasado de ser un solo hotel a ser una colección cuidadosamente seleccionada de experiencias de viaje, cada una con su propia historia. Fue fundado por el empresario estadounidense James B Sherwood, conocido como «el padre del arrendamiento de contenedores», que había establecido la empresa Sea Containers en 1965.
Sherwood compró el hotel en 1976. Desde su adquisición, nuevos hoteles, trenes, cruceros fluviales y safaris en todo el mundo se han unido a la cartera, más tarde llamada Orient-Express Hotels. Muchos de estos han sido restaurados y transformados; otros han sido creados. En 2014, pasó a llamarse Belmond y con este proceso sumó a su atractivos el viaje de lujo por la cadena andina para llegar a la joya del imperio Inca.
UN HAWAIANO TRAS EL RASTRO DEL IMPERIO
Descendiente de misioneros, el hawaiano Hiram Birham fue responsable de gran parte de la historia que termina construyendo el tránsito de rieles sobre el que corre el tren hoy. Cuentan que en él se inspiró la leyenda de Indiana Jones. Egresó de numerosas carreras unversitarias y ejerció como docente o investigador para un par de otra durante toda su vida.
Sudamérica siempre fue un polo de atracción para él y llegó por primera vez a comienzos del siglo XX con el afán de hacer un recorrido por sendas pretransitadas por Simón Bolívar en alguna de sus campañas militares. Cumplida esa tarea, regresó a los Estados Unidos y avanzó en la escritura de su primer libro. Años después, y en virtud de algunas versiones recibidas en su primer viaje, retornó tras los pasos de la búsqueda de la supuesta «ciudad oculta» de los incas.
Siguió indicaciones de los lugareños y casi por casualidad, de la mano de algunos agricultores que usaban las hoy famosas terrazas de Machu Picchu para sus cultivos, redescubrió el monumento.
VIAJÁ Y DISFRUTÁ CUSCO Y MACHU PICCHU A BORDO DE UN ENCANTADOR TREN DE LUJO
Es un homenaje que el tren de Belmond se llama Hiram Birham y cubre el trayecto exactamente que recorriera el hawaiano en su expedición.
Si el santuario deslumbra desde su emplazamiento, las técnicas múltiples consideradas para su ejecución, la mucha sabiduría incluida en los detalles… el viaje prepara el espíritu para lo que se viene.
Como si se tratara de una de las clásicas novelas policiales, pero sin misterios desagradables en medio, la experiencia del tren es único. Es meterse en el tiempo en muchas capas y facetas diferentes. Es convivir con lujo exquisitamente dosificado y con un entramado bien medido como para estrechar lazos entre las tradiciones andinas y la sofisticación europea.
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