Monumentos de animales para descubrir en el mundo. Mar del Plata, San Andrés, Londres, Oxford y Shibuya entre otros lugares le rinden homenaje a través de distintos tipos de obras artísticas ideales para conocer y descubrir.
Algunos tienen que ver con una temática ecológica, artística, familiar o de fidelidad, pero lo importante es que son característicos y «famosos» tanto como las ciudades en las que están.
Mar del Plata, Argentina
La ciudad Feliz además de ser un emblema de la costa atlántica argentina se caracteriza por sus múltiples opciones tanto para el verano como para el resto de las estaciones del año. A su característica playa se suma su gastronomía, el puerto, sus espectáculos, paseos comerciales y actividades para toda la familia. Ahora, si hay algo que la identifica, además de todo lo descripto anteriormente, son sus icónicos lobos marinos. La obra, ubicada en la Rambla de la ciudad, está conformada por dos estatuas de piedra ideadas por el artista argentino José Fioravanti y esculpidas por el esloveno Janez Anton Gruden. No debe haber ni un solo visitante de los miles que pasan por Mar del Plata que no tenga una selfie con ellos.
San Andrés, Colombia
Las playas de San Andrés tienen un encanto sin igual, arenas blancas, aguas cristalinas, arrecifes de coral y toda la belleza de una isla increíble. Pero además y dentro de ella se encuentra “La barracuda de ojos verdes y lágrimas azules” que se ha constituido en un emblema de la isla. Todo aquel que recorra sus calles seguramente se acercará a ella ya que es imposible que pase desapercibida. La obra parte de una fábula del ex gobernador de las islas Simón González Restrepo quien luego de bucear por la zona sostuvo que vio una barracuda llorando cuando estaba a punto de matarla con su arpón. A partir de esa fábula el pintor y escultor Arcadio González buscó concientizar a las personas para que respeten la vida de los animales que habitan en el mar.
Londres, Reino Unido
La ciudad, una de las más importantes del mundo, ofrece una amplia oferta turística para disfrutar y conocer. Increíbles museos, palacios, jardines y parques componen algunas de sus mayores atracciones. Pero lo que nos compete aquí, es otra cosa, por eso y entre todas esas opciones aparece una araña gigante que no podrá pasar desapercibida. Su nombre es Maman (mamá) y fue realizada por la artista franco-americana Louise Bourgeois en homenaje a su propia madre que era tejedora. Hoy te podés cruzar con varias, si tenés la suerte de recorrer el mundo, pero la primera se encuentra en el Tate Gallery de Londres.
Oxford, Reino Unido
Está ciudad inglesa se caracteriza por su reconocida universidad y algunas de sus principales atracciones están compuestas por la Iglesia St Mary the Virgin, el Covered Market y el Radcliffe Camera además de sus colegios e históricos pubs. Pero el monumento que buscamos se encuentra incrustado en el techo de una casa de Oxford. Más precisamente en la Shark House. Uno puede descubrir un tiburón blanco de fibra de vidrio de 7,6 metros de longitud y 203 kilos. Esta obra se llama “sin nombre, 1986” y se realizó en el marco del 41º aniversario de la bomba atómica de Nagasaki como algo que está cayendo sobre un tejado y que representa el miedo, la impotencia y la desesperación. La obra quiso ser removida en varias oportunidades, pero finalmente el propietario de la casa triunfó, se quedó y hoy representa uno de los atractivos turísticos de Oxford.
Shibuya, Japón
Es un barrio comercial, fashion y de entretenimiento de Tokio que en las últimas décadas fue tomado por los jóvenes para divertirse, comer y pasarla bien. Algunas de sus principales atracciones son: el Shibuya Scramblee con su mirador Shibuya Sky, el Jardín zen del parque de la estación, caminar por la Center Gai o el pequeño santuario Chiyoda-Inari.
Pero lo que nos trae por Shibuya es Hachiko, el perro más famoso de Japón y uno de los más célebres amigos de 4 patas del mundo, tal es así, que tuvo hasta su propia película. Su conmovedora historia tiene que ver con que su dueño falleció y este perro siguió esperándolo durante años frente a la estación de Shibuya donde lo aguardaba habitualmente. Demostrando así, su gran fidelidad