Bajo el ojo de Nico Freijo
El festival de música más importante de América se realizó el fin de semana pasado y yo armé mis maletas, mi look y salí con destino a Los Ángeles, junto con mis amigas.
Creo que desde que trabajó en moda, ya hace 16 años, siempre me sonó el nombre Coachella; y este año nos contactamos con mis amigas Kary Jelinek y Flor Parise para compartir esta nueva experiencia, juntos.
Al llegar a Los Ángeles recorrimos un poco la ciudad de Beverly Hills, observando varias tiendas, para la hora del almuerzo hicimos una parada en el restaurante italiano preferido de Justin Bieber. Al día siguiente nos preparamos para la primera experiencia de Coachella, emprendimos un viaje de 3 horas en ruta hacia Palme Spring, al borde del desierto de Coachella, en vista estaban las rutas áridas, con música de fondo y charlas de amigos hasta llegar a nuestro destino, un hotel del estilo francés nos esperaba para nuestra estadía. Para pasar lo que nos quedaba del día antes de que cayera la noche tomamos sol; al caer el sol intentamos ir al festival pero ya era tarde y todos los acceso estaban anulados, por eso descansamos para estar preparados al día siguiente.
Al otro día, un sábado preferimos ir más temprano, llegamos a las 18 horas aproximadamente cuando aún el sol se asomaba por el desierto. Dejamos el auto estacionado y caminamos hacia unos carritos que te llevan al acceso principal donde nos recibió la vuelta al mundo gigante y la magia de estar en el desierto lleno de palmeras con carpas, lleno de música, mucha gente vestida de distintas maneras y colores con ganas de divertirse, varias shops, lugares para comer y miles de atracciones que nos hacían sentir como en Disney; aunque al estar en pleno desierto con un poco de polvo. Escuchamos a Dixon DJ en la carpa del VIP y a lo lejos se escuchaba Billy Eilish, comimos comida orgánica en un puesto que encontramos en la zona VIP del festival y emprendimos la vuelta como a las 12:30 a.m. aproximadamente.
Al segundo día, decidimos ir en Uber y fue mucho mejor, ya que estacionar en un festival masivo es un tema complicado todo lo que sea llegar. Nuevamente, llegamos en esos carritos que te llevan a la entrada escuchando a Diplo con un set increíble, y fuimos a ver a la gran Nati Peluso que dio un show maravilloso en la carpa principal del festival. Luego el cierre de la noche que estuvo a cargo de House of Mafia, un trío de músicos, que hicieron vibrar a millones de personas, generando una abundante energía positiva a todos, bailamos sin parar y nos despedimos de el último día de coachella, felices de vivir esta experiencia maravillosa entre amigos.
Luego de un día más en Palms Spring, dimos la vuelta para LA donde recorrimos Malibu y Venere Beach, y acá estoy ahora en el aeropuerto de regreso a Miami cargando de energía por haber vivido la experiencia Coachella, momentos que jamás olvidaré, y por eso se los cuento en reporte para todos ustedes.