EN NUESTRAS TIERRAS
Los hijos famosos en nuestro país no sólo son conocidos en las redes sociales a través de sus padres, sino que sus nombres se instalan en la memoria a causa de lo innovadores que son.
Tal es el caso de Paula Chávez y Pedro Alfonso, que con sus dos hijos tomaron decisiones diferentes: para la primera hija del matrimonio, se eligió Olivia, mientras que con el varón, usaron Baltazar.
Marley no se queda atrás: Mirko ya tiene su personalidad marcada en su nombre. Lázaro, el hijo de Dolores Fonzi y Gael García Bernal, comparte en su nombre las raíces argentinas-mexicanas de sus papás.
Pampita y Benjamín Vicuña tuvieron una obsesión por la B, visto y considerando que los nombres de sus cuatro hijos comienzan con esa letra: Blanca, Bautista, Beltrán y Benicio.
La patria quedó plasmada en Merlín Atahualpa, el heredero de Natalia Oreiro y Ricardo Mollo. Mientras que Dolores Barreiro y Matías Camisani fueron un poco más místicos al elegir Milo, Suria e Indra para sus tres niños más pequeños, a diferencia de los más grandes, que se llaman Valentino y Salvador.
CRUZANDO FRONTERAS
Los artistas internacionales también se la rebuscan para encontrar nombres cada vez más originales. En un principio, Shakira y Piqué apelaron a las denominaciones Milan y Sasha para sus hijos.
El cantante de Coldplay, Chris Martin, y la actriz Gwyneth Paltrow, tuvieron a Moses y Apple, siendo una de las parejas precursoras en apelar a nombres diferentes a los clásicos.
Las hermanas Kardashian compiten por ser novedosas en los nombres de sus herederos: por un lado, Kim les puso North y Saint, que combinados con el apellido de su padre, West, tienen un resultado en español algo extraño; por el otro, Kylie Jenner, media hermana de Kim, llamó Stormi a su hija recién nacida.