Una línea de tierra mágica sobre el adriático y un cumulo de islas emergiendo del mar, eso es Croacia. Aunque parezca pequeña, la belleza, sus paisajes y lugares por descubrir la hacen extremadamente grande y rica en sensaciones.
Split
Esta ciudad costera nació en y alrededor del palacio de Diocleciano, quien fuera el primer emperador romano de la historia en abdicar al trono. Esto significa que Diocleciano, Emperador de Roma, despertó un día y habiendo visto que había sobrevivido a una posición en donde la mayoría terminaba muerto, asesinado o traicionada decidio “jubilarse” y mudarse a un palacio de verano que hoy se convirtió en Ciudad.
El palacio es enteramente peatonal por lo cual si bien hay mucha gente a toda hora es muy fácil moverse. Ingresando por la puerta de Bronce (la que da al mar) uno se introduce al palacio por donde antes ingresaban las mercaderías. Allí ahora entre columnas y paredes de piedra hay un pequeño mercado de piedras y joyas, saliendo al patio nos encontramos con lo que se llama el Peristilo, antiguamente parte de las recamaras reales y a un costado de la Catedral de Split. Allí en ese espacio al aire libre hay un café que atiende en pequeños almohadones sobre las escalinatas y un espectáculo cada hora donde actores vestidos de soldados romanos y del Emperador y la emperatriz se asoman al atrio a saludar al “pueblo” presente.
Split es un muy buen punto de partida para explorar las islas de Croacia.
Brac
La isla de Brac, enfrentada geográficamente a Split, es una de las más grandes del país, a solo 40 minutos de Ferry desde el puerto. EL viaje hasta Brac es muy sereno y rápido, La isla tiene varias poblaciones y nosotros elegimos quedarnos en Supetar, uno de los destinos preferidos por los viajeros. Una pequeña bahía antigua, rodeada de perfectas construcciones de piedras, con palmeras mediterráneas, barquitos pesqueros anclados en el mar translucido y una limpieza asombrosa. Otra vez el pueblo es mayormente peatonal lo que lo hace muy tranquilo y seguro para estar. La playa es de piedras blancas, grandes y medianas, el mar es de un color azul verdoso muy intenso y de gran transparencia.
Una de las mejores formas de conocer los alrededores de Supetar es por mar. Con un poco de valentía y algo de conocimiento náutico nos decidimos por esa opción que te permite alquilar el bote a motor (pequeños motores como para que no puedas hacer locuras) por el día y salir de esa forma a navegar por la costa buscando nuestros propios lugares “únicos”. Sin lugar a dudas es una opción que recomiendo porque el mar (una vez más lo digo) es excepcional y la independencia de ir a nuestro propio ritmo recorriendo y disfrutando, no tiene precio.
Por carretera, del lado sur de la isla se puede conocer la famosísima Bol. Aquí está el archi fotografiado “cuerno de oro” que dicen es la playa más bonita de Croacia. Bol es también una ciudad pequeña sobre el mar, muy coqueta y luminosa.
Hvar
Desde Bol tomamos un ferry hacia la isla de Hvar, más larga, angosta y al sur que la anterior. Solo con llegar a esta isla, se percibe que estamos en un lugar diferente. El puerto y la ciudad antigua, con una marina sembrada de palmeras y bares de primer nivel le dan el marco a un sinnúmero de yates de lujo de todos los tamaños y orígenes del mundo.
Hvar es un lugar de alto nivel, tanto en lo que hace a la gastronomía, con propuestas de exquisita decoración y alto nivel y a lo que se refiere a vida nocturna, referenciado en temporada como uno de los lugares que compite directamente con la mítica Ibiza.