Un pequeño recorrido por Cerdeña, la isla mágica de Italia. Playas, sabores, cultura e historia en el mediterraneo más bello.
Un paisaje de montaña y mar turquesa cristalino, playas mágicas, pueblos encantadores, noches largas, brisas frescas e imágenes magnéticas.
Bienvenidos a Cerdeña. Esta isla italiana repartida entre el Tirreno y el Mediterraneo se ha convertido a fuerza de belleza y encanto en uno de los lugares más visitados en los últimos años y verdaderamente tiene con que.
Con más de 24 mil Km2 Cerdeña es una isla extensa lo que combinado con sus atractivos la hace difícil de abarcar en un solo viaje, pero lo intentamos con un recorrido que comienza en la Costa de Baunei. Esta zona al este de la isla está marcada por sus escarpadas y altas montañas (meca de muchos escaladores) y las playas maravillosas y deslumbrantes que conjugan un mar profundamente turquesa con un paisaje agreste. Un muy buen punto desde donde recorrer esta zona es el pueblo de Baunei, trepado a una montaña con vistas espectaculares y muy cerca de todo. Desde allí es muy rápido el acceso a algunas de las calas más famosas como Gonone, Marialu, Sinise o Piscine di Venere hay algunos lugares menos famosos, como Pedra Longa, que merecen una visita también.
Una de las opciones para descubrir estos lugares, ya que el acceso a la mayoría de las calas es complejo desde tierra, es alquilar un gomón en el puerto de Santa Maria Navarrese; de esta forma todo es mucho más accesible y al mismo tiempo tendrás una mirada distinta de toda esa belleza, admirando la combinación de paredes de piedra altísimas con el mar azul cobalto que es impagable.
Alghero y el noroeste ya son otro paisaje, tierras más planas y verdes, ciudades más antiguas y la misma belleza hipnótica.
Alojarse en la parte antigua de Alghero es casi una obligación, rodeados de las murallas medievales que alguna vez la protegieron, esta pequeña ciudad de orígenes catalanes es un placer para ser recorrida en las tardes y las noches. Restaurantes, bares, negocios de ropa, joyas, arte y mucho, mucho más.
Si hablamos de playas, hablamos de la más famosa (y a mi juicio la más hermosa) La Pelosa; alejada unos 60 km (que se recorren en una hora) es una extensión de arena blanca y aguas cristalinas que realmente tiene pocos parangones. Es tanta la fama de esta playa que desde este 2023 se debe sacar turno por internet, y pagar 3,5 euros por persona, para poder estar en ella. Cerca de allí, un poco más al sur, se puede visitar Argentiera. Esta preciosa cala entre rocas enormes es parte de un pueblo minero (extraían plata allí; Plata=Argentum) que quedó abandonado y ahora lucha volviendo a la vida por el turismo. Bello, relajado, tranquilo. Por último si no hay mucho tiempo, o incluso para conocerla, la playa Le Bombarde, muy cerca de la ciudad, sumergida en medio de un bosque donde solo se escucha el viento y las chicharras, es un lugar muy local donde pasar una tarde al sol, disfrutando del mar.