El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el objetivo de promover el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia de las mujeres y niñas. En este escenario, la Fundación L’Oréal junto con el Instituto de Estadística de la UNESCO, presentan datos relevantes para entender cómo evolucionó la igualdad de género en este ámbito de la ciencia.
Desde el comienzo de los tiempos, las mujeres en el ámbito de la ciencia han sufrido una profunda invisibilización. Han sido poco reconocidas por sus trabajos y, muy frecuentemente, los mismos fueron firmados por sus colegas masculinos para ganar credibilidad.
Sin embargo, gracias al debate instalado sobre género en la ciencia, a través de los años se fue llegando a diversos consensos de carácter global sobre el sistema de creencias en la conversación pública, que logran identificar la problemática y generar un verdadero cambio, pero aún hay un largo camino por recorrer para que los números reflejen aquello que se pretende.
Las mujeres que trabajan en el campo de la ciencia todavía son poco valoradas, y aún siguen siendo menos visibles para el sistema científico, que el resto de sus colegas varones. Existen brechas salariales, tienen más dificultades para acceder a ascensos y promociones y es escasa la presencia en cargos de gestión y decisión.
No obstante, aunque la evidencia estadística de que las mujeres todavía están sub-representadas en la ciencia existe, también hay datos alentadores que muestran mejorías.
Según el último Informe científico de la Unesco, el número de mujeres en carreras científicas está aumentando, llegando a poco más del 33% de los investigadores en todo el mundo. Aunque esta evolución es todavía demasiado lenta y el techo de cristal sigue siendo una realidad en la investigación: en Europa, el 86% de los altos cargos académicos en ciencias están ocupados por hombres y menos del 4% de los premios Nobel de ciencia han sido otorgados a mujeres.
Hoy en día, existe un consenso entre las organizaciones de mujeres científicas de la región que buscan concientizar sobre las desigualdades para generar un cambio, acerca de que se necesitan más políticas públicas, estímulos a las empresas y cambios en el sistema educativo. Según la propia UNESCO y especialistas en temas de ciencia y género, las mujeres científicas avanzan a paso firme en América Latina donde existe la mayor proporción de investigadoras a nivel mundial, aunque todavía les cuesta acceder a puestos jerárquicos en el ámbito académico y empresarial.
Un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y de ONU Mujeres mostró que la proporción de mujeres en el área de investigación de la región es del 45%, mientras que a nivel mundial es del 29,3%. Pero además, las investigadoras latinoamericanas enfrentan una segregación por disciplinas: mientras que la mayoría se destaca en ciencias sociales y médicas, están menos representadas en las carreras STEM.
En la Argentina, el porcentaje total de mujeres en puestos de investigación en el CONICET se ha equilibrado en los últimos años, siendo al día de hoy alrededor del 50% de los investigadores. Las mayores disparidades se encuentran en los cargos altos, es decir que en el inicio de la carrera suele haber equilibrio entre géneros, pero a medida que sube la jerarquía de cargos aumenta el porcentaje de investigadores varones y disminuye el de mujeres.
Respecto de las distintas disciplinas, un informe del ministerio de educación argentino refleja la situación de la región: los investigadores varones alcanzan en ingeniería y tecnología, el 17,8%; mientras que ellas representan el 9,7%. En la Argentina sólo una de cada cinco estudiantes de Ingeniería son mujeres.
En definitiva, todas estas cifras se ven claramente reflejadas en un indicador clave: los premios Nobel. Entre 1901 y 2020, menos del 4% de los premios Nobel fueron entregados a mujeres: 23 mujeres frente a 601 varones premiados, en distintas disciplinas. De este modo, 4 mujeres fueron premiadas en física frente a 216 varones; 7 mujeres fueron premiadas en química frente a 186 varones; y 12 mujeres fueron premiadas en Fisiología o Medicina frente a 222 varones.
El Premio Nobel otorgado el último año a Emmanuelle Charpentier y a Jennifer A. Doudna, eleva a 5 el número de Laureadas de los premios internacionales “L’Oréal-UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia” que han recibido esta distinción, después de Christiane Nüsslein Volhard (Premio Nobel de Medicina en 1995), Ada Yonath (Premio Nobel de Química en 2009) y Elizabeth H. Blackburn (Premio Nobel de Medicina en 2009).
El Premio L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, permite despertar vocaciones científicas entre las niñas, apoyar a jóvenes investigadoras y recompensar la excelencia en un campo en que las mujeres deberían estar mucho más presentes. Desde 1998, el premio ha reconocido y celebrado a eminentes mujeres en la ciencia en todo el mundo. Hasta el día de hoy, la alianza L’Oréal-UNESCO ha distinguido a más de 3.900 investigadoras de 117 países.
A lo largo de los años, Argentina ha obtenido 10 científicas reconocidas en el Premio Internacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, siendo el país de Latinoamérica con mayor cantidad de premiadas de la región: 7 Laureadas y 3 en la categoría Rising Talent. La premiación en nuestro país busca visibilizar a estas mujeres para que sean reconocidas por su trabajo, pero también para que inspiren a aquellas niñas que deben pensar en sus carreras profesionales del futuro.
En Argentina, el Premio L’Oreal – UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” se lleva a cabo desde hace 16 años en colaboración con CONICET (Consejo Nacional de Investigación Científica y Técnica), reconociendo hasta el momento a 55 mujeres científicas – sin incluir a las ganadoras de la edición actual- que representan provincias y ciudades de todo el país. Desde 2017, el número de reconocimientos en el premio local se ha extendido de 2 a 6.
Los proyectos que participaron de la última edición estuvieron enmarcados en las Ciencias de la Materia, específicamente en una o varias esferas de alguna de las siguientes áreas/disciplinas: Ciencias Exactas y Naturales: Ciencias Químicas; Física; Astronomía; Matemática y Computación; Ciencias de la Tierra, del Agua y de la Atmósfera. Y Ciencias Agrarias, de la Ingeniería y de Materiales: Ciencias Agrarias; Ciencias Ambientales; Hábitat y Diseño; Informática; Ingeniería Civil, Eléctrica, Mecánica e Ingeniería Relacionadas; Ingeniería de Alimentos y Biotecnología; Ingeniería de Procesos; Ingeniería y Tecnología de Materiales y Desarrollo Tecnológico y Social.
ACERCA DE LAS GANADORAS DE LA EDICIÓN 16 NACIONAL:
Ganadora de la Categoría Premio: Dra. Carla Eugenia Giacomelli, Investigadora Principal en Córdoba del Instituto de Investigaciones en fisicoquímica de Córdoba (INFIQC); (CONICET – UNC). Su proyecto “Materiales biorresponsivos: cómo reparar tejidos con genes”, tiene por objetivo diseñar biomateriales híbridos mediante la integración de distintos componentes que permitan estimular la regeneración ósea a partir de la modulación de la expresión génica.
Ganadora de la Categoría Beca: Dra.Guillermina Amica, Investigadora Asistente en el Centro Atómico Bariloche (CAB), Comisión Nacional de Energía Atómica CONICET, por su trabajo “Conversión de CO2 para la generación de gas natural sintético empleando materiales formadores de hidruros”. A través de su proyecto, busca desarrollar materiales con propiedades duales y evaluar su factibilidad de aplicación para la conversión selectiva de CO2 a combustibles sintéticos de interés industrial.
Menciones especiales en la categoría PREMIO:
Dra. Lucía Mercedes Fama, investigadora del CONICET en el Instituto de Física de Buenos Aires (IFBA, UBA-CONICET) por su proyecto “Materiales multifuncionales BioBasados desarrollados a partir de recursos naturales, desechos industriales y procesos verdes, para mejorar el rendimiento y la sostenibilidad de los envases de alimentos”.
Dra. Liliana Verónica Mogni, investigadora del CONICET en la Unidad Ejecutora Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (INN, CONICET-CNEA), por su trabajo “Materiales nanoestructurados para conversión electroquímica de energía con pilas de combustible y electrolizadores de alta temperatura”.
Menciones especiales en la categoría BECA:
Dra. Lucía Asaro, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA, CONICET-UNMDP) por su proyecto “Desarrollo de un proceso eco-innovador para el reciclaje y revalorización de residuos de caucho mediante el uso de microondas”.
Dra. Noelia D´Elía, investigadora del CONICET en el Instituto de Química del Sur (INQUISUR, CONICET-UNS) por su trabajo “Biofábrica de Implantes Óseos: Utilización de un hongo terapéutico para la obtención de rellenos óseos con propiedades superiores”.