En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, María Fernanda Díaz, Jefa del área de desarrollo pedagógico de Colegium, plantea la importancia de la educación inclusiva, como un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes, a través de una mayor participación en el aprendizaje.
Incentivar valores positivos, promover ambientes saludables, transmitir y fomentar la confianza entre las personas son solo algunos de los aspectos a tener en cuenta al momento de debatir sobre la importancia de que existan espacios cada vez más inclusivos y equitativos.
La escuela es, sin dudas, uno de estos espacios y, particularmente, todo lo que los docentes pueden bridar a sus estudiantes dentro del aula. En este sentido, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, promulgada en la Argentina bajo la Ley 26.378, es clara: la educación que se debe impartir debe incluir a todos y todas, tengan o no una discapacidad. La importancia de esta Ley radica en que lo largo de los años, y todavía hoy, sigue sucediendo, los derechos de las personas con discapacidad a la vida independiente, a la educación, a la accesibilidad y a la igualdad de oportunidades se vieron y se ven vulnerados. Cabe destacar que a la Legislación Nacional también se le suma la promoción de la UNESCO sobre la Educación Inclusiva, en tanto “la educación inclusiva se trata de un modelo de educación equitativa y de calidad para todos”.
“El derecho a la educación inclusiva es aquel que establece que las personas con discapacidad puedan acceder a educarse en las mismas escuelas que el resto de las personas. Lo que implica la obligación de los Estados de garantizar este derecho, para que las personas con discapacidad reciban educación en igualdad de condiciones y, al mismo tiempo, tengan acceso a la educación superior y espacios de enseñanza-aprendizaje durante toda la vida. Todo esto, teniendo en cuenta los desafíos, los tiempos y las herramientas que se necesiten en cada caso particular, ya que la inclusión justamente apunta a eso: cada uno en su contexto pueda acceder a los mismos contenidos y enseñanzas”, sostuvo María Fernanda Díaz, de Colegium.
Apropósito de las palabras de María Fernanda, es necesario recordar que la promoción de la UNESCO hace hincapié en la necesidad de eliminar cualquier disparidad, ya sea de género, condición social, económica o con discapacidad y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de enseñanza, haciendo foco en aquellas personas que se encuentran en contextos desfavorables o provienen de sectores postergados. Las prácticas educativas inclusivas están recibiendo cada vez más apoyo en todo el mundo, dada la necesidad de lograr una sociedad más igualitaria. Comunidades internacionales van determinando, gradualmente, que la inclusión es el enfoque más justo para proveer de formación a estudiantes con necesidades especiales. “Es ampliamente aceptado que las condiciones que se requieren para facilitar una inclusión exitosa contribuyen de igual manera en la mejora general de la calidad de las escuelas y en los altos niveles de rendimiento de todos los niños”, resaltó la profesional de Colegium.
Como resultado, en los últimos años la educación inclusiva recibió más atención, sobre todo en aquellas regiones que recibieron fuertes críticas a sus sistemas educativos. Es así que, desde hace un tiempo, existe un movimiento que promueve una formación más inclusiva en casi todos los países y, en algunos de ellos, ya se pueden ver algunos avances en materia de educación e inclusión.
“Es un momento propicio para que todos los estamentos, tanto estatales como particulares, inviertan en programas e iniciativas que ayuden a hacer que la formación en las escuelas sea una opción para todos los chicos, sin diferenciaciones y con oportunidades para todos por igual”, completó desde Colegium, María Fernanda Díaz.