25/11/2024

EL CAMINO: ¿CIERRE O UN CAMINO DE IDA?

POR: CONSTANZA MONFERINI ZAPIOLA  –@cotimonferini.

Vince Galligan da a conocer a través de Nexflix, el epilogo de Breaking Bad, pero no trata de una mera continuación del mundo creado en Nuevo México, sino una película de gran solidez narrativa. 

Galligan, es un poeta de la psiquis humana cinematográfica. Eso, sin dudas y es lo que refleja El Camino. No es un capitulo. No es epilogo solamente. Es una película, que narra ciertas cuestiones que el director y audiencia requería necesidad de relato. Pero necesidad, no es explicación.

Lo potente del film, es que el esclarecimiento del relato no recae en la narrativa simple. Es un relato, con las características particulares que hizo de Breaking Bad una serie única. De hecho fue una de las primeras series, que pudo tomar estéticamente varios códigos audiovisuales propios del cine independiente, para llevar a cabo una historia diferente del mundo narcotraficante. Pero quede claro, Breaking Bad no es una historia de narcotraficantes. Más bien, una historia de un profesor de química que corrompe. De ahí deviene su nombre.

Este epilogo, como se dijo antes, no es una mera excepción. Si bien, El Camino retoma la historia en donde había terminado la serie, se centra en una regresión de Jessie Pickman y exalta su humanidad más pura. Jessie no es Walter White. Es un personaje puro, bondadoso y muy humano en el fondo. Por eso, es sencillo. Por eso, recae. Por ello, Pickman requiere de un nuevo comienzo. Y en eso se concentra el film: retrata el nuevo camino que emprende la vida de Jessie. Ese es la trama de la película.

En prosa lenta, con los planos abiertos y simétricos, altamente característicos del mundo narrativo audiovisual de Breaking Bad, no redunda. Lo que se ve, no se dice. Y lo que se dice, se hace ya que es realmente necesario. Por ello, el final ofrece la contundencia que tiene. Es poderoso por lo simple. Es poderoso porque se entiende para un espectador dotado de lenguaje cinematográfico.

El guion, se apoya en la gestualidad, en pequeñas secuencias y en el drama entendiéndolo en sus términos etimológicos. La paleta de colores y la puesta de cámara son los puntos fuertes de la fotografía. Pero sin duda, los enlaces de contenido en donde se anudan el recurso de los flashback, son utilizados con gran inteligencia. Algo que pocos directores gozan de ese ingenio en la actualidad, en el uso y ejecución de este tipo los recursos de montaje. Por ello, repito: fotografía y montaje, son los protagonistas en términos técnicos del film de Vince Galligan.

Aaron Paul, aporta el gran protagónico que merecía. Paul no defrauda. De hecho, mantiene la esencia de ese Pickman. Además, sorprende. Sorprende de la forma más pura. Realmente es convincente, es humano y denota el paso del tiempo que requiere este nuevo Pickman. Es netamente potente.

Si bien, el film se estrenó entre elogios y negativas por parte de una audiencia que critica la falta de ritmo, se hace evidente que la presencia de lo comercial repercute negativamente en la formación de un perfil propio de un espectador de cine independiente.

Pero se exalta: Lo correcto del mundo independiente, es Breaking Bad y sin dudas El Camino. ¿Pero será la única película que realizará Galligan en relación este mundo creado por él?

PUNTUACION: 8/10.

 


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