Es sabido desde la teoría psicoanalítica, que las manifestaciones inconscientes aportan ciertos datos que permiten conocer los contenidos que son censurados por la misma conciencia. Pero estos datos, se hayan deformados y son de difícil comprensión debido a lo mencionado anteriormente. Por ello, el inconsciente dice presente a través de sus siguientes cuatro modos de expresión: los sueños, los actos fallidos, los síntomas neuróticos y el chiste.
Este último, tuvo su desarrollo dedicado y particular, a partir del escrito del padre del psicoanálisis en 1905, llamado “El chiste y su relación con el inconsciente”. Lo paradójico, es que de manera simultánea, se escribía también una obra emblemática: “Tres ensayos sobre la teoría sexual”. En ambos escritos, se puede observar un gran paralelismo, a pesar que el primero es una de las obras menos leídas de Freud, ya que es un libro muy difícil de poder comprender debido a su complejidad y la forma en como esta seccionado la misma (más allá de que examina las peculiaridades y los elementos que hay detrás de las risas cotidianas).
La técnica del chiste, se plasma a partir de seis técnicas, a saber: la condensación, el desplazamiento, el doble sentido, el empleo de un mismo material, la representación antinómica y la representación retruécano. La primera, hace referencia a la fusión de dos conceptos en uno solo, generando un equívoco gracioso. La segunda, hace alusión a la transferencia del sentido de algo hacia otra cosa. La tercera, emplea la misma palabra con un sentido diferente. La cuarta, hace uso de las mismas palabras para generar un sentido nuevo. La quinta, es una afirmación que luego se niega. Y por último, la sexta, se refiere a un juego de palabras en el que una insinúa a otra.
En cuanto a la psicogenesis del chiste, se puede afirmar la existencia de dos motivaciones a la hora de emprender un chiste. Por un lado, el chiste inocente, y porotro, el chiste tendencioso. El inocente, es en donde el placer proviene del ingenio; mientras que los tendenciosos, rompen con la forma de represión.En esta línea, el chiste para Freud es uno de esos mecanismos para hacerle frente a la represión social, cultural o individual que nos genera displacer. La risa es un medio para descargar esa tensión emocional. Y con ello, un desafío a lo represor. Por lo tanto, el chiste para Freud es un medio para conocer los deseos reprimidos de una persona y de una sociedad.
En principio, es necesario aclarar que toda manifestación inconsciente lleva consigo un contenido manifiesto y otro latente. En este sentido, el contenido manifiesto hace referencia a lo que el sujeto puede contar; mientras que el latente es el significado escondido (más claramente, la verdadera motivación). Una vez definido a lo anterior, se procederá a determinar que es el chiste y los elementos en que se enfocó el padre del psicoanálisis para su análisis: en primera instancia, su técnica; en segunda instancia, la psicogenesis del chiste; y en última instancia, la represión del chiste.
Freud determina que un chiste es toda provocación consciente y hábil de comicidad, suscitada desde la intuición o de la situación en que se promulga. El chiste es un mecanismo espontaneo y esto es lo que provoca la sorpresa en el oyente (la cual, también debe ser espontanea). Por esta razón, solo causan risa la primera vez que es escuchado el chiste. En relación a la función anímica del chiste, se puede decir que se basa en la obtención de place, y por ende, en el cumplimiento de deseo. Pero el chiste no es un placer individual, sino más bien, es social ya que requiere de la comunicación para que produzca este tipo de placer. Como toda manifestación inconsciente, en ella aparece disfrazado algún sentimiento que no puede expresarse directamente desde lo consiente, ya sea algo de carácter negativo o de contenido sexual, relacionado con las pulsiones.