Por Flavia Tomaello- @flavia.tomaello
Con el afán de convertirse en el eco de los sucesos, la punta del ovillo, la carta más esperada… Hyatt inaugura en la capital chilena una nueva marca que apuesta a ser el centro de todo lo que pasa.
Uno de mis edificios favoritos del planeta fue durante años el sitio que acunó la marca Hyatt. Ese cilindro inconfundible que hizo punta en Avenida Kennedy, con sus ascensores mirando las montañas en las brumas mañaneras y la cúpula haciéndole ojitos al cielo y jugando al equilibrio con los temblores. Pero esa historia terminó. Y, para muchos parecía que había finalizado la de Hyatt en Santiago. Pero con un as en la manga, hoy se luce una propuesta más jovial, con un atento aire milennial y otro costado corporate, la cadena inauguró una nueva marca en el corazón latente de Las Condes. Así nace Hyatt Centric Santiago, una propuesta full cinco estrellas, que sorprende apenas comenzada Enrique Foster, en el sitio mismo donde todo sucede.
El edificio, retirado de la línea de la vereda, con ingreso en dos calles, invita a mirar hacia arriba con su doble altura y un hall extendido a modo de inmenso monoambiente, que reparte todas las necesidades el sectores bien delineados. El arte, esencialmente la escultura, irrumpe poniendo carácter. El restaurante, como escondido y dividido en dos tramos, gracias a los cuales se puede vislumbrar la cocina en vivo. El jardín de invierno, recatado, allá en el fondo, con su pared verde tan de moda, se conserva virginal sólo para huéspedes.
Los livings se suceden con criterio estético y armónico, aunque con personalidades ensambladas. La biblioteca es el sitio prefecto para el intercambio de trabajo, el relax o la contemplación. La mesa alta, rústica, con sus sillas de cobre (qué otro metal podría ser, si no?), se alarga en el ambiente, dando tono joven a la estética.
Las habitaciones son lo necesario. Bien distribuidas, con el lujo austero de tiempos sustentables, y con un planteo inteligente para que el espacio se brinde más generosos que las dimensiones.
El top roof esconde la sorpresa: una plieta simple y cauta, pero con vista a lo que circunda en uno de los sitios más movidos de Santiago. Foster 30, el restaurante, se está poniendo de onda.
A pasos del metro y eso es decirlo todo. A tiro de Costanera Center, rodeado del centro financiero y las propuestas gastronómicas. Con algo de aire londinense y mucho de vida cordillerana. Una idea fresca, novedosa, cercana y posible. Para seguir soñando Santiago en modo Hyatt.