21/09/2024
Producción GRUPO LAS ROSAS
Por Macarena Magnano
¿Por qué «rompen con los clásicos esquemas europeos» para nuevos estilos?
De chico, como arquitecto y artista siempre busqué enfocar la mirada del diseño y arquitectura hacia otros horizontes. Eso me generó una búsqueda profunda en la arquitectura del pacífico, siempre me gusto la arquitectura boutique y para el disfrute. Si bien en la facultad te enseñan mucho Europa y la Bauhaus, siempre me orienté y de a poco metí en mi modo de vivir, diseñar y trabajar. En mi lápiz se ve mucho todas esas vivencias de ese tipo de arquitectura que es muy orgánica y está muy relacionada con la convivencia entre las personas que la habitan y la arquitectura en sí misma. Somos disruptivos con respecto a Europa, pero tenemos una escuela europea en cuanto a la funcionalidad y la estética. Pacífica Arquitectura es un estudio enfocado en el buen vivir, los patios, la vista al mar y la naturaleza.
¿Qué diseño es tu elegido?
Cada proyecto que encaramos es un Pacífica es único. Tomamos muy en serio lo que el cliente nos pide, así sea una casa, un hotel o un restaurant. En base al plan de necesidades del cliente, volcamos toda nuestra experiencia y nuestro conocimiento artístico para lograr que la arquitectura sea única.
Siempre disfruto mucho el último proyecto que hacemos porque voy creciendo artísticamente, supero nuevas etapas y desafíos. En este momento, estoy inaugurando tres casas en José Ignacio, Uruguay y estamos felices.
¿Qué fortalezas tiene Choza de Mar?
Choza de Mar está en la playa mansa de José Ignacio, la más exclusiva de Latinoamérica. Tiene el mejor atardecer de la costa atlántica, donde el sol se pone el mar. Yo digo que acá están bendecidos.
Está en un lugar estratégico increíble hasta casí ridículo, porque no existe lugar así, con una tendencia gourmet de Uruguay y todo su entorno natural.
La arquitectura acá es descontracturada, la idea es andar descalzo, relajado, la madera envejece con el mar. En el parador, la idea es que no haya lujos, que vos sientas que estás dentro de la playa misma. Además, somos muy respetuosos del impacto ambiental. La madera es reciclada, la usamos todos los años.
Choza cada vez va a estar mejor, porque cada año le aportamos nuevas ideas. Tratamos de entender lo que piden los clientes y que la gente lo pueda disfrutar.
¿Guardás secretos de casas de famosos? Por ejemplo…
¡Muchísimos! Tuve un cliente muy excéntrico que quería entrar con su auto hasta su cama, un proyecto muy delirante, con rampas y más. Así, tengo ciento de anécdotas muy divertidas a la hora de crear y diseñar porque te hacen pensar como nunca. Las mejores ideas surgen de mis clientes, ya que son ideas locas de alguien que no sabe diseñar y mi tarea es armarlo todo. Uno como arquitecto tiene que ser una esponja, escuchar lo que le gusta y lo que no le gusta al cliente. Soy muy permeable, que hasta termino siendo amigo de mis clientes, incluso realizando actividades que no tienen relación con la arquitectura.
¿Cuál es tu próximo proyecto internacional?
Tengo varios. El más icónico será en New York, Estado Unidos. Estamos con un proyecto de residencias de clientes expatriados. En España también tenemos clientes argentinos que están viviendo afuera. Hacemos muchos proyectos a distancia. Somos especialistas en trabajar a la distancia.
¿Qué proyecto fue un antes y un después en tu vida? ¿Por qué?
Cuando hice un haras muy grande, con un arquitecto colega. Estuvimos trabajando 3 años en 200 has. para caballos de carrera. Fue muy divertido meternos en todo el mundo de caballos, trabajar con ingenieros chilenos con quienes hoy somos amigos, ellos son mi familia chilena.
Fue un proyecto muy interesante. Si bien se caracterizó por ser más de constructor porque las ideas venían de afuera, fue muy enriquecedor en términos de profesionales y personales
¿Cuál fue el proyecto más estresante?
¡Mi casa! jajaja. Hacer mi casa fue un desafío muy difícil de llevar adelante porque yo era mi propio crítico y mi mujer fue la diseñadora. El último mes me fui a vivir a la obra, «abandoné» a mi familia y me quedé allá. Fue todo propio, la experiencia fue «estresante» porque fue todo propio y los arquitectos también somos itinerantes cambiamos nuestras ideas con el paso del tiempo. Fue una multiplicidad de factores que hagan que sea estresante, lindo y desafiante al mismo tiempo.
¿Qué les pasa cuando al cliente no le gusta «nada»?
Generalmente no pasa que no les gusta nada. Muchas veces llegan a nuestro estudio vienen decididos de a hacer el proyecto a Pacífica. Si bien hay clientes muy exigentes, otros no, no podemos generalizar. Nosotros somos muy abiertos a que el cliente participe. No soy de los que consideran que mi obra gane un premio. Para mi, el mejor premio es que el cliente que me contrató, esté contento. Eso me pasa muy seguido y me encanta.
¿Cuánto habla por uno mismo el estilo de tu casa?
Yo tengo mis secretos, similar a cómo pintar un cuadro. Cuando mis clientes me dicen “me encantan las cosas que haces porque son todas diferentes y todas iguales a la vez” siento que mi trabajo está realizado. Me gusta es que mi diseño sean sensaciones. Que cuando una persona entre a vivir donde me contrató para su diseño, diga: “Esto es lo que yo estaba buscando y nunca lo pude expresar”. Ese es mi objetivo.
