Tras meses de especulaciones, el director Todd Phillips ha confirmado que seguirá indagando en torno al personaje con el que Joaquin Phoenix se hizo con el Oscar.
En una vida que se antojaba mucho más sencilla, antes de la pandemia, Joker llegó a los cines poco antes del cierre de las salas, aunque no exenta de polémica. El mil veces anunciado proyecto sobre la historia detrás del villano más recordado de Batman culminaba su trayectoria, comenzada en el Festival de Venecia de 2019 –se hizo con el León de Oro del certamen–, con un Oscar para su protagonista, Joaquin Phoenix, y otro para la compositora de su banda sonora, Hildur Guðnadóttir, tras una carrera de premios en la que se convirtió en el centro de las críticas por ser algo problemática. Humanizaba a un asesino, achacaba su desequilibrio a sus problemas de salud mental o banalizaba la violencia. El que en su día fuera un personaje divertido, desquiciado y asociado a la actuación de Jack Nicholson en el Batman de 1989 o a las versiones de dibujos animados, se convertía en esta aproximación de Todd Philips en un hombre melancólico al que el rechazo de las mujeres, en particular, y la sociedad, en general, lo habían convertido en un psicópata con diversos problemas mentales. Y ya no era gracioso. Aún así conquistó a gran parte de la crítica, cautivó a la audiencia y recaudó más de 1000 millones de dólares alrededor del mundo. La continuación parecía asegurada, pero no ha sido hasta hace unas horas cuando se ha confirmado con todas las de la ley.
Más de dos años ha tardado Warner Bros en dar luz verde al proyecto, a pesar de que los rumores y las especulaciones se sucedían día tras día. Todo apuntaba a que sí, a que Joker tendría segunda parte, pero el frenético calendario de trabajo de Joaquin Phoenix –protagonista en los meses venideros de Disappointed Blvd, lo nuevo de Ari Aster, y Napoleon, la próxima película de Ridley Scott– y lo complicado de desarrollar un guion a la altura de su antecesora hacían complicado adivinar cuándo podría dar comienzo la producción de este filme. Ha sido el director el que ha anunciado en sus propias redes sociales que ya han empezado las lecturas del libreto y ha adelantado algunos detalles.
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La secuela de Joker no se llamará Joker 2, sino que tendrá un nombre mucho más acorde con los antecedentes del personaje. Será Folie à Deux el título y con él se pueden comenzar a hacer cábalas sobre un argumento que, como no podía ser de otro modo, se encuentra guardado bajo siete llaves. Folie à Deux es el nombre que recibe un trastorno mental según el cual dos personas comparten un síntoma psicótico, ya sea paranoia, alucinaciones o delirios. Al estar en el mismo lugar mental, los afectados desarrollan su existencia en una realidad ficticia de ilusiones. Así que se puede imaginar que Joaquin Phoenix no estará solo en esta nueva desventura del personaje.
Lo rupturista de la primera entrega con el universo de DC Comics se mantendrá en esta segunda. Tanto es así que estaremos ante un musical, que comenzará a rodarse el próximo mes de diciembre en la ciudad de Nueva York. Hay pocas posibilidades de que este personaje interactúe en forma alguna con su némesis, Batman. Scott Silver será el guionista, al igual que en la primera parte, pero no se sabe nada todavía de los nombres que podrían completar el reparto a excepción de uno, el de Lady Gaga. La artista será la encargada de dar vida aquí a Harley Quinn y, sí, será una trabajadora del hospital psiquiátrico de Arkham y terminará rendidamente enamorada del protagonista. Joker contó con Robert de Niro en el papel de Murray Franklin (un papel autorreferencial que unía al filme directamente con El rey de la comedia, protagonizada en 1982 por él), Zazie Beetz o Frances Conroy. Por motivos que no desvelaremos a riesgo de caer en el spoiler, es harto imposible que ninguno de los tres repita (aunque no completamente, la magia de Hollywood es impredecible).