Sophie Lacombe: creadora de ACMÉE
La joyería ética se basa en varios pilares fundamentales; por un lado, la durabilidad de las joyas: en el caso de Acmée, son modelos atemporales hechos de oro de 18 quilates, plata 925 y platino. Fabricamos nuestras piezas con metales preciosos que les dan un valor intrínseco y representan una inversión a largo plazo.
Por el otro, los metales preciosos son 100% reciclados y, de esa forma, se limita su impacto en el medio ambiente. Al refundir y transformar el oro y la plata hasta el infinito, se reduce la minería, una industria altamente contaminante y limita el agotamiento de los recursos de la Tierra.
A su vez, debe haber un origen y fabricación centralizados, para que el circuito sea corto. También es importante destacar que, al realizarse a través de pedido previo y no hay stock, se evita la sobreproducción y despilfarro.
Por último, las materias primas proceden de la reelaboración de piezas vintage, joyas rotas y residuos de talles. El oro y la plata se recogen, funden y transforman en nuevas aleaciones que utilizamos para hacer nuestras piezas.
En Argentina no existe ninguna etiqueta que garantice el origen de las materias primas y, por tanto, el reciclaje de las mismas.
Caso contrario, en Francia, nuestros socios y proveedores son miembros certificados del Responsible Jewellery Council (RJC), lo que asegura la trazabilidad de los procesos y el cumplimiento de las obligaciones medioambientales, éticas y sociales. Nuestro oro reciclado de 18 quilates cuenta con la certificación COC (Cadena de Custodia), lo que nos permite aprovechar al máximo sus recursos.
Allí, además, los materiales llevan la etiqueta «Origine France Garantie»: certifica que los materiales son totalmente reciclados y refinados.
La profesión está mucho menos normalizada en Argentina por el momento, pero los clientes son cada vez más sensibles y quieren saber de dónde provienen las materias primas, valoran la calidad, sostenibilidad y las condiciones en que se fabrican los productos.
El oro y la plata reciclados tienen exactamente las mismas propiedades que otras joyas de esos mismos materiales, pero extraídos: poseen la durabilidad, valor y no requieren ningún cuidado en particular. Pueden reciclarse hasta el infinito, sin que se deteriore su calidad.
En la joyería nada se pierde, todo se recupera. El oro o la plata de las piezas de Acmée proceden de la refundición de piezas antiguas, joyas rotas y restos de taller que se recogen y funden. Cada aleación tiene un punto de fusión diferente, por lo que se sepan de forma natural de los demás materiales residuales. El resultado es oro puro de 24 quilates y plata de 99% libre de toda impureza. El primero se transforma en una nueva aleación y así conservará todas las características propias de cada material.
Lo especial de las aleaciones recicladas es que dan una profundidad e historia adicionales a la joya, además de ser responsables con el planeta.