POR NATALIA SCALI
FOTOS: MARIANO MICHKIN @ marianomichkin
¿Cómo surgió la idea de Flybondi?
La historia comenzó en el año 2008, cuando me contactó un joven de Argentina, el cual realizó un estudio para una empresa “low cost”. En ese momento no estaban dadas las condiciones para llevar adelante una empresa así y debí esperar hasta el 2015. En 2016, tuve la oportunidad de reunirme con el Ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y desde allí, empezamos a armar el plan de negocios. Organizamos un grupo llamado
“Inversor Inicial”, formado por inversores locales e internacionales con experiencia en la industria local. Me mudé a Argentina con mi mujer, mi hija de siete meses, y mi perro Nelson. Luego, debimos esperar para recuperar el capital invertido. Y acá estamos con Flybondi: ¡lo logramos!.
¿Por qué creeés que en Argentina ninguna aerolínea ofrecía los servicios de Flybondi?
Porque el mercado no estaba preparado. Había muchas presiones desde los sindicatos por lo que debimos esperar . Con el nuevo Gobierno lo pudimos concretar.
¿Cuáles son los valores de la empresa?
Nuestro primer lema es “seguridad”. Siempre digo que nuestros inversores están dispuestos a tomar un riesgo financiero importante, pero nunca a asumir un riesgo operacional. Prefiero cancelar un vuelo si hay dudas sobre la seguridad: el avión es el medio de transporte más seguro del mundo.
¿Qué significa para vos «La libertad de volar», el lema de tu empresa?
Es el objetivo de esta empresa: darle a los argentinos la libertad de volar. Para mí es importante que todos en la empresa lo entiendan.
Flybondi es la primera aerolínea que vuela con zapatillas, y cuya tripulación se viste igual, ¿por qué tomaron esta decisión?
La imagen de Flybondi tiene un tono más informal. El objetivo es generar más cercanía con el pasajero, una relación más humana y humilde. Con el uniforme, buscamos dar esa imagen que proyectamos y fue un éxito. El nombre inicial era Airbondi pero finalmente quedó Flybondi.
¿Cuáles son tus proyectos a futuro con Flybondi?
Que nos permitan volver a volar desde El Palomar. Estamos trabajando para obtener nuevamente ese permiso, tras la prohibición por parte de una jueza. Tenemos dos aviones más que llegan en abril y mayo. A mitad de año vamos a tener cinco aviones, y en la segunda parte, la idea es llegar a diez. Hoy estamos en 12 rutas: queremos alcanzar 17 en junio de 2018 , y a fin de año, 33. Nuestro objetivo es tener vuelos internacionales como Chile y Uruguay, y contar para el 2021, con 30 aviones y 10 millones de pasajeros. Es un objetivo viable y muy factible que suceda.
¿Cómo definís a tu empresa?
Las palabras que nos definen son seguridad, humildad, eficiencia y alegría. Nuestro foco está puesto en las personas que nos eligen. La diferencia la hacemos con el vínculo humano que el pasajero recibirá en el avión.