POR: Lucas Guzman- @pelucaguzman
Wos, Ca7riel y Paco Amoroso, Conociendo Rusia, Bandalos Chinos, Nicki Nicole, Juan Ingaramo, entre muchos otros. Una nueva escena musical que tiene un rasgo en común: la disolución de los géneros puros o reconocibles.
Con más de 14 mil asistentes diarios, el Festival Nueva Generación se celebró este fin de semana en el Complejo Ferial del Chateau Carreras de Córdoba.
El festival cordobés (que comenzó con el ciclo Primavera Géiser como una versión beta, para luego tomar forma en 2016 en Club Paraguay, con 800 espectadores), fue creciendo progresivamente -a la par de sus artistas- hasta alcanzar este año los más de 14 mil espectadores diarios en el Complejo Ferial del Chateau Carreras.
«La Nueva Generación surgió hace cinco años entre bandas amigas que estaban brotando y la idea fue juntarlas para ver qué pasaba; con el tiempo se fueron sumando cada vez más artistas y grupos hasta llegar a lo que es hoy», comentó sorprendido su organizador, Eric Davies.
El cordobés, hoy radicado en Buenos Aires, agregó que la idea de esta cuarta edición fue incluir conferencias con profesionales vinculados al quehacer musical y una jornada gratuita de shows, la del día sábado, que unió al hip hop, rock, indie y electrónica bajo el mismo manto espiritual, en dos días de más de 30 presentaciones y cuatro de fiesta joven.
Entre un festival como Cosquín Rock, escena de rock nacional de bandas, y el Lollapalooza, con el foco puesto en una propuesta joven pero internacional, entre el crecimiento exponencial de los artistas y la escena en su conjunto, pareció formarse un hiato perfecto para que surgieran festivales que celebran y magnifican el cambio de era.
«LNG es un movimiento coyuntural y colectivo que tiene que ver, no solamente con quienes subimos a los escenarios, sino con toda la gente que viene y participa de estas movidas autogestivas; un público y productores independientes que se la juegan por dinamizar y ser parte de una escena donde cada uno ocupa un lugar importante», comentó Goyo Degano, líder de Bándalos Chinos, luego de un show bailable que causó el primer pogo y temblor entre los asistentes, el sábado por la noche.
¿Qué más pasó en LNG? Conociendo Rusia le hizo frente a los 33 grados de calor con su rock melancólico y bien argento, Miss Bolivia en el escenario Nave sacó su costado màs cumbiero y reggaetonero, Salvapantallas sacó suspiros con sus canciones dulces y livianas, Acru la rompió toda con el freestyle en el escenario Flat, Duki convidó su set con su amigo Khea y confirmó sus medallas del «trapero del momento» –mucho feedback con el público–, Esmeralda Escalante subió a cantar «Demasiado» con Goyo Degano de Bandalos Chinos en plan Pimpinela, Louta hizo lo propio con Zoe Gotusso y Babasónicos hizo vibrar todo el predio –estallado a esa hora de la noche– con una batería de hits: «Irresponsables», «Deléctrico», «Carismático», «El colmo» y más. Dárgelos y los suyos, tal vez, podrían ser padrinos para esta generación.
La primera jornada del festival se caracterizó por el pulso bailable. Todas las propuestas que sonaron de alguna u otra manera activaron el botón para mover el cuerpo. Desde el pop elegante de Bandalos Chinos hasta el electropop de Peces Raros, pasando por la sensualidad de Ainda Dúo, el pop explosivo de Indios y la canción pop de los locales Hipnótica. Tal vez, el que se corrió un poco de ese eje fue el recital del mendocino Juan Mango, también integrante de Usted Señalemelo. Lo suyo fue màs volado y jugado para festivales de este tipo: con una loopera, un sinte y una guitarra, el músico entregó canciones con texturas densas, psicodélicas y destellos spinetteanos.
«Qué linda que es la Nueva Generación, ¿no? Son ustedes la nueva generación, guacho», tiró Goyo, el cantante de Bandalos Chinos, una de las bandas más sólidas e interesantes de la escena. Esta nueva camada de músicos y músicas tiene a su favor un elemento fundamental: un público activo con ganas de escuchar música nueva y apoyarla comprando un ticket y compartiendo la obra de sus artistas preferidos. No es fácil construir un público pero en esta escena está sucediendo un ida y vuelta real. Es decir, artistas que hablan el mismo idioma que el público.