Cuando aterrizamos, nos abrumó el orden y los espacios vacíos. Definitivamente un estilo muy diferente al nuestro. En el aeropuerto no había personal, compramos el boleto de tren a través de una máquina, subimos y disfrutamos de alfombras suaves en el piso, butacas en perfecto estado, todo impoluto.
El centro de Estocolmo son muchas islas conectadas por puentes, colapsa con facilidad el tránsito, pero la gente es muy consciente de esto y vive en un estado de armonía y tranquilidad muy acogedor.
Junto a Roland Persson, cocinamos en un festival que se realiza en un parque al lado de un lago. Fue toda cocina a la parrilla. La bodega Trapiche fue el único sponsor. Así que además de darles turcos a la gente para aprender a cocinar con la parrilla a gas, hicimos degustaciones de vinos.
El trabajo con Roland fue excelente, nos divertimos mucho e hicimos platos servidos con chimichurri. En Estocolmo, está prohibida la promoción de bebida alcohólica, entonces junto a la bodega comunicamos las actividades a través del lema pasión for food, donde el objetivo siempre es la cocina. La gente debía anotarse con datos personales para poder participar de la cata de vinos.
DATO: Con el “smoked wood” podemos replicar el sabor de la comida a leña en las parrillas a gas.
Pasada la feria, nos quedamos con mi familia tres días más. Fuimos a Astrology, un restaurante que está entre el top 5 en Suecia. Elegimos ir ahí, ya que presentan la típica comida local, al igual que nosotros en Mendoza.
Nos encontramos con que ellos tienen muy claro que no hay que luchar con las temporadas y comen el producto local y de estación. Son conscientes de cómo comen y cómo repercute en el ambiente.
La manera de preservar productos es totalmente distinta, ellos tienen cavas subterráneas para guardar comida y vegetales.