POR FLAVIA TOMAELLO
@flavia.tomaello
Editora de Viaje para Las Rosas
La majestuosa Tate Britain dio la bienvenida a la esperada exposición “Van Gogh y Gran Bretaña”. Reuniendo el mayor grupo de pinturas de Van Gogh que se muestran en el Reino Unido en la última década, pone de manifiesto la relación entre el artista y Gran Bretaña: explora cómo se inspiró en el arte, la literatura y la cultura a lo largo de su carrera, rastreando sus pasos desde los oscuros años en Londres hasta la extraordinaria fama que logró a partir de 1950.
Como ingrediente perfecto a este evento, el jefe de cocina del The Rex Whistler Restaurant, Alfio Laudani, desarrolló una degustación de almuerzo reducido de tres platos basándose en las paletas de colores del pintor (tonos vibrantes de amarillo y azul), y por algunas de sus creaciones más famosas. Por ejemplo. el postre, una tarta de almendras holandesas, se asienta sobre un trazo de pintura de absenta turquesa que refleja la técnica de pinceladas y los colores en «Starry Night on the Rhône».
Por su parte, la Tate Modern sumó arte desde su cocina, acoplando su moderno restaurante L9 a la exposición de Pierre Bonnard. Para coincidir con la exhibición de uno de los más grandes coloristas de siglo XX, el chef Jon Atashroo presentó un menú de tres platos, en los que rinde un pequeño homenaje al artista, especialmente a los años que vivió en Paris.
Atashroo utilizó ingredientes de temporada, como grapa de invierno y remolacha, para aumentar el color y el contraste en cada presentación. De hecho, basó su menú en los clásicos bistró parisinos con preparaciones como la ensalada niçoise y el pato confitado con apio triturado y ruibarbo. La protagonista de la mesa es la tarta de cebolla caramelizada, con un relleno de manzana y roquefort, haciendo un guiño a las manzanas que, a menudo, se pueden encontrar en el trabajo de Bonnard, como en el caso de la obra «El mantel a cuadros».