Por Romina Haiatzanian
@romi.haiatzanian
Con esta obra particularmente tuve sentimientos encontrados. Al ser en formato grande, de 1.20 x 1.80 metros, me llevó varios días de trabajo. En algunos, me encontré con la pintura, la sentí y disfruté durante el proceso; en otros, sólo quería empezar de cero.
Necesité esa distancia para volver a conectarme y crear. Me costó, pero en algún momento, cambiando el enfoque, con una pincelada, un movimiento o la aplicación de un color, lo conseguí. Con esto aprendí que todo proceso lleva su tiempo y hay que respetarlo. La obra iba a estar lista cuando yo lo estuviera, algo que no podemos manejar como queremos.
Tenemos que aprender a disfrutar y contemplar más, y exigir menos, porque nos apuramos, nos frustramos, corremos sin necesidad. Todo llega cuando tiene que ser, y lo que no podemos ver con claridad un día, se visualiza con otro criterio después.
Los invito a recorrer algunas cuentas de Instagram, como la de @mercado_decoracion y @carina.michelli, en las que pueden encontrar algunas de mis obras, pensadas como parte de una armonía, resaltando el color de las mismas.
“El arte, en todas sus formas, es parte del alma de un hogar, y es muy gratificante ver mi trabajo formando parte de él.”