Con un nuevo logo y un pie en el mundo virtual, el diseñador Tommy Hilfiger regresó a la Semana de la Moda de Nueva York, donde presentó una colección en busca de reinventar su marca.
Tommy Hilfiger fue una de las grandes atracciones dentro de la Semana e Moda de Nueva York. Para esta temporada, el diseñador se unió con el maniático británico de los estampados Richard Quinn.
Para su colección principal, Tommy volvió a su archivo de los años 90 y actualizó la silueta para la actualidad. Todo ello basado en la legendaria «Factory» de Andy Warhol de talentos creativos con sede en el Union Square de Nueva York.
«Me encanta la mezcla de la influencia punk, el estilo universitario, de atletas y animadoras«, dijo Hilfiger, muchos de cuyos looks incorporaron el nuevo gráfico de Purcell.
Un nuevo monograma es una identidad más fresca para avanzar, como lo hizo Hilfiger en el mundo virtual, con un vínculo con el especialista en videojuegos Roblox. El lanzamiento de un nuevo juego tuvo lugar al comienzo del desfile, lo que permitió a Hilfiger ofrecer a los fans prendas físicas, NFT y «see now, buy now», todo a la vez.
En mi época de estudiante, coleccionaba grandes camisas de tartán de Tommy Hilfiger. Tenía muchas. Era un pequeño y bonito vínculo», reveló Quinn en un avance antes del desfile con Hilfiger, en la sede del diseñador estadounidense en Madison Avenue.
A continuación, incorporó el tartán digno de Johnny Rotten en este homenaje, ya que Quinn colaboró estrechamente con el equipo creativo de Hilfiger.
Quinn cuenta con un pequeño pero atareado equipo de cinco personas en Londres que crea sus propios estampados en la empresa, e incluso provee a otras marcas. Se basan en sus propios dibujos, que luego se digitalizan y se imprimen en sus impresoras táctiles de dos metros de ancho.
«Siempre me ha gustado el color y la impresión, y la idea de hacer un tejido propio, como un jacquard. O tomar una tela genérica y convertirla en algo realmente lujoso», explica el corpulento y barbudo Quinn.
Hijo de dos inmigrantes irlandeses, Quinn acaparó la atención mundial hace cuatro años tras ganar el primer premio de moda Reina Isabel II, entregado por la difunta monarca en Londres.
En el caso de la línea principal de Tommy, la idea era jugar con el logo y retorcer los elementos clásicos del archivo. La silueta fue voluminosa, desde las chaquetas universitarias y las grandes y atrevidas parkas con el logo en chaquetas sostenibles de imitación de plumas o pantalones chinos oversize.
«Queríamos un escenario amplio y abierto para construir un gran decorado, y no hay tantos en Manhattan. Además, tenemos una gran vista de la ciudad desde este autocine», explicó Tommy.
«Hace mucho tiempo que no hacemos cosas oversize, pero nuestras proporciones han cambiado. De cintura muy alta y piernas anchas y muy grandes», explicó Tommy, que mostró enormes camisas de rugby, suéteres de mohair a cuadros verdes oscuro, minifaldas llevadas con gigantescas botas piratas, cárdigans de tartán McArthur verdes y negros y grandes abrigos.
La colaboración con Quinn también incluía chaquetas de plumón 100 % reversibles, cuyas distintas versiones fueron llevadas por una gigantesca comunidad de raperos en este desfile. Aunque la idea más genial fue el logo gráfico de Tommy Quinn visto en un cowboy que llevaba jeans y chaqueta.