POR: Constanza Monferini Zapiola- @cotimonferini.
Netflix apuesta por Steven Soderbergh en una sátira que reconstruye el escándalo de los Panama Paper y gran elenco como mayor atracción.
Si bien se sabe que la sátira es un género literario que expresa una crítica aguda hacía algo específico con un propósito moralizador, Soderbergh hace de este recurso su mejor aliado. En este sentido, el director de La Gran Estafa nos presenta con gran seguridad y en una euforia audiovisual, el marco de una prosa lenta y articulante para representar los manejos encubiertos del mundo capitalista basados en “secretos reales”.
Entre explicaciones teóricas del universo financiero y la dramatización de los fraudulentos y sus victimas, el objetivo es revelador: dar a conocer el cinismo más salvaje y las derivaciones múltiples que conlleva el lavado de dinero que llevo consigo los Panama Paper. Sin dudas, este caso fue de película y su guion requería de grandes actuaciones como las de Meryl Streep, Gary Oldman y Antonio Banderas.
A lo largo del film, se dan a conocer ciertos relatos de casos particulares que sirven de apoyo para explicar todo el contenido álgido que representa las finanzas. Sin lugar a dudas, la historia que más peso tiene es el de Ellen Martin interpretada por Streep, una viuda que hará hasta lo imposible para investigar la estafa que encubre el accidente de su marido en un barco turístico en sus vacaciones por Cataratas del Niagara. Por medio de estas dramatizaciones, se explaya todo el contenido abstracto de lo económico, lo cual es un punto novedoso dentro del artilugio audiovisual.
Además de lo anterior, todo el largometraje estará narrado por Jürgen Mossack y Ramón Fonseca, interpretados por Oldman y Banderas, cuyas actividades fraudulentas se dieron a conocer por los Panama Paper. Estos narradores en donde sus acciones están coreografiadas por la puesta en cámara en travelling, rompen la cuarta pared con la intención de lograr una conexión empática con el espectador, a pesar de la negligencia de sus acciones.
Es una excelente película, con una gran puesta en cámaras y la colorimetria ejercida desde la puesta en escena, pero pierde un poco el rumbo cuando se concentra mucho en historias auxiliares. Pero más allá de ello, el film y sobretodo su desenlace es el punto más fuerte de la historia en términos moralizantes.
PUNTUACION: 7.5